Las calles siempre suben

¿A qué cota construyo mi casa? Es un privilegio hoy día disponer de una vivienda en una planta, con acceso "a nivel de calle", o que, al menos, la planta baja no tenga muchos escalones de acceso. Planificar una vida sin escalones, (unas veces por la comodidad, otras por cuestiones de accesibilidad, edad, etc.) suele ser un aspecto no contemplado a la hora de realizar una promoción inmobiliaria. Pero si un auto promotor tiene las ideas claras, y posibilidad, llega el momento de decidir: ¿a qué cota construyo mi casa?

"Las calles siempre suben". Era una frase que no dejaba de oír de pequeño, tanto que ya me parecía un refrán popular. Y no acababa de entender qué significaba, porque había calles que efectivamente "subían" cuando las recorrías cuesta arriba, pero otras eran "cuesta abajo" y algunas completamente llanas. Dejando a un lado la ingenuidad infantil, he podido comprobar a lo largo de dos o tres décadas la veracidad de esa afirmación. La cota de la calle no deja de subir. Cuando paseo por mi antiguo colegio, edificio de principios del siglo XX, y veo su vallado, se puede apreciar cómo el nivel de la acera ha subido más de 50 cm en 30 años. En ese momento, el patio del colegio se encontraba al mismo nivel que la calle, pero, actualmente, puede apreciarse que el zócalo del interior está ya completamente oculto en el exterior.

También se puede detectar este tipo de modificaciones en otras partes de algunos edificios, como en vierteaguas de ventanas que se encuentran prácticamente a ras de acera, o algunas puertas de paso de vehículos que se han tenido que cortar para permitir el acceso desde la rasante. Caso particular es el de locales comerciales, que evitan las barreras de accesibilidad y su acceso es perfecto a nivel de calle, influyendo en su valor. ¿Seguirán igual dentro de 20 años? ¿Cómo tienen garantizado ese acceso? Pero esto es sobre todo patente en un caso muy particular, es el de las excavaciones arqueológicas, situadas generalmente a varios metros por debajo del nivel actual del suelo: ciudades antiguas sepultadas por el crecimiento de la urbe actual. Y es, repito, que las calles siempre suben.

Por tanto, es difícil definir la cota ideal en previsión de cómo va a variar el perfil de la calle en las próximas décadas. Lo que es cierto es que conviene elevar un poco la cota de suelo terminado respecto a la acera de manera que no se resienta la accesibilidad y a cambio no quede nunca por debajo de la misma, al menos durante la vida útil del inmueble.