Creatividad, sencillez y oficio: el arte de Fernando Higueras

Con motivo del décimo aniversario del fallecimiento de Fernando Higueras, que coincide con el vigésimo aniversario del pintor Lucio Muñoz, se traslada la mesa redonda del ciclo "Maestros Modernos" a la fantástica vivienda que el arquitecto proyectó para el artista en Torrelodones, todo en el contexto del evento Open House Madrid 2018. Allí se reúnen para hablar de arte y arquitectura en torno a los dos maestros, Diego Muñoz, hijo del pintor; Antonio López, quizá el pintor vivo más importante del momento, amigo personal y cercano de Fernando y Lucio; Oscar Tusquets, arquitecto, pintor y diseñador; y Álvaro Martín Novillo, crítico de arte, escritor y director de la Fundación Fernando Higueras.

En estos artículos sobre determinados actos y acontecimientos en torno a la arquitectura, la ciudad y el sector inmobiliario en un sentido amplio,  solemos glosar las ideas que los ponentes exponen y /o reflexionar en torno a los conceptos o ideas que nos suscitan las intervenciones de los participantes. En algunos casos, como el que hoy nos ocupa, recomendamos a los lectores que no dejen de ver la grabación completa del acto, por la importancia de los participantes y lo inspirado de sus intervenciones y el debate resultante. No se lo pierdan:

En un diálogo con Baltasar Porcel, Higueras hablaba así acerca de la originalidad en cualquier arte, y concretamente acerca de la arquitectura: "Yo creo que la originalidad no se busca, se tiene o no se tiene. Afortunadamente, no la tiene la inmensa mayoría de la gente, porque si todos fuesen genios creadores sería prácticamente inhabitable el planeta. Más que preocuparse por la originalidad (los arquitectos), deberían preocuparse por el oficio de saber y la práctica de la profesión."

Higueras criticaba a menudo que seguir las modas en la arquitectura privaba a los profesionales del conocimiento del oficio, puesto que iban adaptando sus conocimientos a lo que se “llevaba” en cada época. El arquitecto huyó de cualquier corriente para dibujar una trayectoria personalísima, original y única que merece también el reconocimiento en su propia tierra. 

Arte y creatividad

Como decimos, la mesa redonda se celebra en la célebre Casa Lucio Muñoz, edificio proyectado como residencia familiar para el pintor Lucio Muñoz, su mujer, la también artista Amalia Avia, y sus 4 hijos, que encargaron al entonces sólo prometedor Fernando Higueras su diseño y construcción. Posteriormente, el edificio recibió, además de numerosas y elogiosas críticas, la Medalla de Oro de la Arquitectura por su valor arquitectónico y por la armoniosa  integración con el paisaje preexistente, que sólo puede valorarse completamente con una visita in situ para darse cuenta del genio creador de este arquitecto excepcional.

Antonio López, que fue amigo personal del pintor Lucio Muñoz y de Fernando Higueras, tiene de él interesantes recuerdos y reflexiones que hacer. Se conocieron en 1957, al recibir el pintor una llamada del arquitecto, interesado en visitar al artista en su estudio. 

López cuenta que Fernando Higueras irrumpió en el mundo del arte y la arquitectura con una fuerza colosal, como un hombre de acción formidable y de un talento desbordante. En su faceta artística, le valora fundamentalmente como arquitecto y como músico, como guitarrista, mientras que de su faceta pictórica no tiene una opinión demasiado buena. Desvela que Andrés Segovia le ofreció salir de gira con él y que Higueras, realmente tuvo, por un tiempo, ciertas dudas sobre su devenir vital: ¿sería músico o arquitecto? Antonio López reflexiona sobre su elección y opina que su inclinación final hacia el arte de la arquitectura se debió a que como artista, Higueras necesitaba crear, y que siendo un excepcional guitarrista (y en esto coinciden muchas personas, era un gran guitarrista), su arte era interpretativo, era un gran intérprete, con una gran intuición y sentido musical, pero no era un creador, un compositor; la arquitectura, sin embargo, hacía aflorar  ese torrente de ideas, esa desbordante creatividad que es la marca de la obra de Fernando Higueras.

Fernando Higueras  es un arquitecto ciertamente irrepetible; sin ningún género de duda marcó una época, fue un auténtico visionario, pero sobre todo, Fernando Higueras es un artista completo: arquitecto, pintor, músico… y no debemos olvidar su labor,  en colaboración con César Manrique, en la recuperación del paisaje de la isla de Lanzarote.

Sencillez (que no simpleza)

En un momento en que lo que se llevaba era ser  fino e intelectual, el existencialismo y la pedantería vital, él era, espontáneamente, absolutamente lo contrario; porque podía, según afirma Antonio López: efectivamente, su obra se defendía por sí misma, sin necesidad de artificios o juegos mentales o de lenguaje. Fernando Higueras era, sencillamente, un genio.

En este sentido, es muy recomendable ver este maravilloso video, un extracto de la Conferencia impartida por el propio  Fernando Higueras en La Universidad Internacional Menéndez Pelayo en 1976 sobre la Casa. En él, además de oír al arquitecto hablando con su cercanía y sencillez habituales de su propia obra, podemos oírle tocando la guitarra (su otra gran pasión) en la música que ilustra la entrada y el final el video.

En los albores de la década de los 60, recuerda Óscar Tusquets, se celebraban con cierta regularidad unos encuentros llamados Los Pequeños Congresos, donde se reunían arquitectos de España y Portugal y hablaban de proyectos y de la profesión en general. Los encuentros tenían un tonillo intelectualmente grave y pelín pretencioso, lo cual frenaba un poco a Fernando Higueras, cuyo carácter casaba más con expresar sus opiniones e ideas con absoluta libertad, al contrario que la vanguardia dominante entonces, la llamada Escola de Barcelona, más estricta formalmente y antitética con la espontaneidad y el borbotón constante de creatividad que era Higueras. Efectivamente, Fernando Higueras exponía sus proyectos con absoluta falta de pretensión, de la forma menos copetesca y sesuda que cupiera imaginar, y a pesar de ello, se ganó la admiración sincera de la escuela barcelonesa. 

Como personaje, remata Óscar Tusquets, le hemos perdido, pero como arquitecto, queda su obra, y en este sentido es cada vez más admirado y valorado en todo el mundo.

El maestro del oficio; el arquitecto

Para Óscar Tusquets, hay una característica común en dos de los grandes genios de la arquitectura, Higueras y  Gaudí; en la obra ambos, la superficie, el aspecto es el de una obra muy caótica, ensamblada al azar, pero a poco que uno vea con ojo crítico el desarrollo, verá que todo elemento de la obra está perfectamente ordenado.

Julio Martínez Calzón, colaborador de Higueras en multitud de obras, habla de lo fácil, y a la vez, difícil, que era trabajar con él; fácil por su talento y creatividad desbordantes, y por la calidad arquitectónica de sus ideas; difícil por las dudas trascendentales que tenía al trabajar, fruto de esa misma creatividad, que se convertía, en la práctica, en ganas constantes de cambiar cosas sobre la marcha, probar, investigar. Quizá por esa dualidad de maestro del oficio y de genio creador eternamente insatisfecho,  sus obras son tan personales y deslumbrantes. Capacidad de trabajar con vigas vistas, la majestuosidad de sus cúpulas -impresionantes,  su gran intuición para la entrada de la luz natural en los edificios y para aprovechar ésta en beneficio de la estética resultante. Como arquitecto, fue sin duda tan controvertido, como genial. Por ejemplo: odiaba cosas como el aire acondicionado o los cielos rasos. Le gustaba que se vieran las estructuras en los techos, los nervios, las vigas, los materiales naturales. Impostura tendente a cero.

Profesionalmente, tenía una auténtica aversión a intelectualizar las cosas (para él, una estructura radial era trabajar con gajos) y sin embargo, el orden geométrico en su obra es absoluto. Un profesional verdaderamente inagotable, que veía la necesidad de mejorar la arquitectura según la estaba creando. Pero nunca cometió veleidades creativas, jamás cayó en un absurdo estructural. Era un profesional profundo y sencillo, en la exposición, pero complejo y férreo en su concepción estructural.

El personaje, la persona

Fernando Higueras es un torrente de ideas. De hecho, a decir de muchos de sus colaboradores y compañeros, tenía más ideas de las que, en la práctica, podía realizar. En su pensamiento destaca por encima de todo la creatividad. Tenía una verdadera visión del Arte de la Arquitectura. 

Era una persona apasionada y fiel, muy leal a sus amigos. Experimentadora en todos los ámbitos de la vida, incluidos e l amor y las drogas, y dejó una huella imborrable en la arquitectura: hizo chalets, casas proletarias, casas como las de las militares, hoteles, obras naturales, obras públicas… y siempre logrando cotas altísimas de calidad, auténticas cumbres creativas.

Al fin, un arquitecto, un hombre.

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i Texto y cita extraídos del blog “Detailers – La Arquitectura Original de Fernando Higueras (Simon)”