Rehabilitación del Edificio de Celler Cooperatiu de San Cugat del Vallés

A finales del 2015 finalizaron las obras de la rehabilitación del edificio modernista que el arquitecto César Martinell i Brunet proyectó y construyó por encargo del Sindicato Vitivinícola y Caja Rural de Sant Medir, en 1921. Se trata del Celler Cooperatiu de Sant Cugat del Vallés.

Las obras de rehabilitación de este espacio emblemático de la ciudad han corrido a cargo del Ministerio de Fomento. Comenzaron en 2003 y han estado varios años paradas. A pesar de las adversidades, las actuaciones han servido para acondicionar el edificio como equipamiento público, reconstruir una de sus torres según el diseño original de César Martinell, pavimentar el suelo respetando y haciendo visibles los restos arqueológicos, adecuar la plaza que ocupa la Bodega y proteger el conjunto monumental con una valla perimetral.

Se trata por tanto, de una edificación emblemática del municipio, incluida en el inventario del Patrimonio Arquitectónico de Catalunya.

El edificio original estaba formado por una nave de planta rectangular y un porche adosado a uno de los lados de la fachada principal. La nave rectangular, era el cuerpo principal, y se componía de calles de tinas y el porche adosado. La nave constituía el vertedero de la uva.

La estructura de todo el edificio está formada por unos grandes arcos parabólicos soportados con pilastras y la cubierta se realiza con la volta catalana de rajola, tensada por tirantes de hierro y revocado con mortero de cemento.

Los arcos son de fábrica de ladrillo aplantillado cuyo trabajo clasifica la obra entre los ejemplos tradicionales de la arquitectura modernista catalana. 

En la actualidad la nave central (la antigua bodega) constituye una parte destinada a albergar un museo donde se mostrará cuál era el proceso de elaboración del vino.

El conjunto, a su vez, se utilizará como equipamiento municipal polivalente para acoger diversos actos culturales y ciudadanos de pequeño y mediano formato, como por ejemplo recitales o conciertos.

Es una visita obligada para todo el que vaya a ver la ciudad. Lo encontraréis entre las calles Balmes, Sant Medir (nº24) y la riera que atraviesa el municipio que, actualmente, recibe el nombre de La Rambla del Celler, precisamente en conmemoración al edificio. 

La construcción de los Cellers Cooperatius nace como consecuencia del impulso cultural y político impulsado por la “Mancomunitat de Catalunya (1914-1925)” (organismo creado para aglutinar las cuatro diputaciones catalanas con el objetivo de mejorar las infraestructuras, y modernizar, fomentar y difundir tanto la lengua como la cultura catalana). Estas edificaciones constituyen la respuesta a la necesidad de adaptarse a los avances tecnológicos de la época y a los nuevos requisitos sociales y mercantiles con el objetivo de obtener una mayor producción de calidad como garante para competir en los mercados nacionales e internacionales.

César Martinell i Brunet (1888 – 1973) fue un arquitecto español a caballo entre el Modernismo y el Novecentismo. Personaje polifacético, fue también investigador, divulgador e historiador del arte. 

Se especializó en construcciones agrarias, construyendo unas 40 bodegas y otras de este sector que, por su magnificencia, se conocen como “las catedrales del vino”. A su vez, realizó otras construcciones como trujales, una harinera o la destilería Mollfulleda (licor Calisay).

En su arquitectura se refleja la influencia directa de Antoni Gaudí, con el que colaboró en la Sagrada Familia, en lo que respecta a las soluciones espaciales, y de Lluís Domènech i Montaner, en lo referente a las formas y materiales. En su arquitectura Martinell recuperó materiales tradicionales, de estilo gaudiniano y del modernismo al novecentismo, incorporando el trabajo con el ladrillo visto como seña característica de sus obras.