La reordenación urbanística del entorno de la central térmica de Sant Adrià del Besós

Colindante con el municipio de Barcelona, y situada a continuación del espacio del Forum y de Diagonal Mar, existe un área de 28 hectáreas de terreno, en primera línea de playa a lo largo de 1 Km de costa, ubicada en parte en el término municipal de Sant Adrià del Besós y en parte en el de Badalona, dentro de la cual se encuentra la central térmica de Endesa (Las Tres Chimeneas), y otras tres piezas de terreno que pertenecen al Ajuntament de Sant Adrià, al Consell Comarcal y al Banco de Santander (dueño, por adjudicación a través del Banesto, del solar de la antigua fábrica de pinturas Procolor).

La central eléctrica de Endesa cesó su actividad en el año 2011, y desde hace un año y medio se está llevando a cabo el desmantelamiento de sus instalaciones. No está previsto que finalice hasta el año 2016 y se mantendrán las turbinas y las tres chimeneas con 220 metros de altura, lo que las convierte en el edificio más alto de la costa catalana.

Paralelamente al desmantelamiento del complejo de Endesa, el Ajuntament de Sant Adrià del Besós, Barcelona Regional, el Consorci del Besós y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) trabajan en una Modificación del Plan General Metropolitano de Barcelona del año 1976, con la intención de cambiar el uso de los terrenos. De esta forma se pasará de la utilización industrial actual a una mezcla de usos que permitirá desde levantar viviendas (se habla de unas 3.000) hasta crear actividad económica y equipamientos. El fin de este proyecto es reintegrar este macroespacio a la trama urbana, recuperando además el litoral mediante la creación de una nueva playa urbana. La recalificación de esta zona conllevaría también la reconversión de la central térmica en un gran equipamiento cultural de ámbito supra-municipal; operación análoga a la que se realizó con la Tate Modern de Londres, que originalmente era también una central térmica.

Esta macrooperación urbanística despierta la atención del capital internacional, el único con capacidad financiera, en estos momentos, para realizar las inversiones necesarias (al igual que en su momento fue la promotora estadounidense Hines la que impulsó Diagonal Mar), que empiezan con la compra de los terrenos, especialmente los privados, que tanto Endesa, con 120.000 mt2 de suelo, como el Banco de Santander, con 75.000 mt2, ya habrían puesto a la venta, por un importe conjunto de alrededor de 150 millones de euros. Sin la intervención de esos inversores internacionales es muy poco probable que la operación pudiese llevarse a cabo ya que los inversores locales no disponen actualmente de la capacidad para ello, como consecuencia de la crisis inmobiliaria de los últimos años.

Al parecer, un par de fondos chinos y un gran inversor estadounidense podrían estar interesados.

El boom turístico que vive en estos momentos Barcelona sirve de base para una cierta recuperación del mercado inmobiliario residencial, con una demanda internacional que valora muy especialmente las ubicación junto al mar, lo que ha revalorizado zonas como el Poblenou o la Barceloneta, más que los tradicionales barrios de alto standing como Sarrià o Les Corts.